Mónica Frognier: “Las flores y su aroma, los árboles y el sonido del viento cuando los atraviesa, el cielo y sus increíbles nubes…siento que se dibuja todo en mi interior y se derrama en mis telas a través de mis manos. Yo no hago nada, solo pongo el corazón y dejo fluir, el resultado es lo que vengo a compartir con ustedes.”// Fuente Arte del Mundo
Nos dice sobre sí:
Nací en 1967 en la ciudad de Buenos Aires pero toda mi infancia transcurrió en el Norte de nuestro hermoso país, más precisamente Salta. Sus paisajes y arquitectura quedaron marcados para siempre en mi interior.
Colores, sensaciones, formas, silencio, soledad, simpleza…BELLEZA
Me emocionan una y otra vez al asomarse en mi tela, en mi paleta, en mi alma…
Mi amor por el arte en cualquiera de sus expresiones lo heredé de mi madre…dibujar y pintar, modelar con arcilla, inventar y decorar con todo lo que uno se pueda imaginar formaron parte de toda mi infancia. Algo muy marcado en mi desde chica fue y es mi amor por la música, tal fue mi entusiasmo que, a los 4 años, me aceptaron a prueba en la escuela de ballet y ya nunca más paré. Obtuve mi título de profesora de danzas y, si bien nunca me dediqué a ello (la vida y mis inquietudes me llevaron por otros caminos), sigo disfrutando de la emoción increíble que me produce bailar.
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Actividad Artística
Ingreso en la facultad de arquitectura en el año 1985. Allí empiezo a experimentar con las formas, el color y los volúmenes; el juego entre los distintos planos y las texturas.
Luego de recibirme, en el año 1990, hago un viaje por Europa con papeles, lápices, plumas, pinceles y colores en mi mochila. Disfruto de realizar croquis a mano alzada de muchos y muchísimos rincones y detalles, es una manera de hacerlos míos.
En el año 1993 inicio mi actividad artística en un taller de pintura, allí empiezo a experimentar con el óleo y la espátula, me siento inmediatamente cautivada por esta técnica tan expresiva.
A partir del año 2003, luego de un pequeño paréntesis, vuelvo a volcarme a la pintura. Ingreso en el taller de Gustavo Gómez Eusevi, donde logro ir descubriendo a cada día la maravilla de los colores, de la luz y de la sombra…la libertad de disfrutar y de expresarme.
“Las flores y su aroma, los árboles y el sonido del viento cuando los atraviesa, el cielo y sus increíbles nubes…siento que se dibuja todo en mi interior y se derrama en mis telas a través de mis manos. Yo no hago nada, solo pongo el corazón y dejo fluir, el resultado es lo que vengo a compartir con ustedes.”
Austral Obras Maestras del Hombre y la Naturaleza
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