El pastel empieza a utilizarse como un medio seco y rápido de aplicar donde el color se agrega al dibujo para potenciar los volúmenes y acercarse un poco más a las cualidades de la pintura, principalmente en géneros como el retrato y la figura humana. //
Autores: Antonio García López y José Javier Armiñana Tormo - Universidad de Murcia
Historia
El desarrollo de la pintura al pastel a lo largo de la Historia del Arte va ligado a la conquista del dibujo como técnica independiente y no sólo como complemento de la pintura con pincel. El pastel empieza a utilizarse como un medio seco y rápido de aplicar donde el color se agrega al dibujo para potenciar los volúmenes y acercarse un poco más a las cualidades de la pintura, principalmente en géneros como el retrato y la figura humana.
En el sentido contemporáneo del término, la pintura al pastel tiene poco más de doscientos años. En cualquier caso, en el Renacimiento encontramos claros antecedentes en esos dibujos de carboncillo realzados con toques de yeso, Creta, clarión o sanguina. En el S. XVI Hans Holbein el joven (1497-1543) comenzó a utilizar el pastel con cierta regularidad siendo un pionero en Alemania. Otros artistas como Jean François Clouet (1510-1572) en Francia, o Guido Reni (1575-1642) en Italia, anticiparon la técnica del pastel en sus dibujos reforzados con color, En el siglo XVIII en pleno Rococó ya es una de las técnicas más utilizadas, muy en especial entre pintores de la corte francesa, dejando de formar parte del dibujo para convertirse en un medio pictórico con personalidad propia. La particularidad de sus colores francos y su capacidad para reproducir fielmente los tejidos, las texturas y las luces lo hicieron inseparable del arte del retrato. Era el medio de moda para pintar retratos, y se solía usar en una técnica mixta con gouache.
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Protagonistas
Artistas destacados en ese periodo, por su empleo del pastel, son: Johann Alexander Thiele (1685-1752) en Alemania, Rosalba Carriera (1675-1757) que desde Venecia introduce el pastel en la corte francesa de Luis XV, Maurice Quentin de la Tour (1704- 1788), Jean-Batiste Simeón Chardin (1699-1779), François Boucher (1703-1770), Jean-Baptiste Perronnneau (1715-1783) o Jean-Baptiste Greuze (1725-1805).
El pastel, símbolo de la gracia del Antiguo Régimen, cayó en desuso después de la Revolución francesa en beneficio del neoclasicismo y de la pintura al óleo. Aunque la pintura al pastel jamás recobró ese lugar que ocupó en la corte del rey Luis XV, se continuó utilizando de manera destacada en el S. XIX. El Pastel, era apreciado por su inmediatez y espontaneidad cuestión que arranca con Jean François Millet (1814-1875) y que con un sentido de color puro en vibración, terminarán de potenciar los pintores impresionistas. Así Edgar Degas (1834-1917) y otros impresionistas como Manet, Monet, Morsot o Renoir encontraran en el pastel una técnica muy eficaz para captar principios tan presentes en el impresionismo como la luz, la fugacidad y el instante. Se crearon autenticas asociaciones entorno al pastel como ocurrió con la Sociedad Francesa del Pastel en 1870 o la Sociedad Inglesa en 1880 en la que figuran nombres ilustres como Edward Scott (1855-1918), Henry Tonks (1862.1937) o George Clausen (1852-1944).
A partir de entonces seguirá presente en todos los movimientos artísticos que se han venido sucediendo hasta nuestros días. Si en sus principios, el pastel fue un complemento del dibujo para la pintura del retrato, hoy en día es una técnica que no conoce barreras temáticas, estilísticas ni de concepto. En cualquier caso debemos decir que aun siendo utilizada en la actualidad, la autentica edad de oro de la pintura al pastel, fue el siglo XVIII.
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