AUTOR: Maikol Chocho - FUENTE: http://www.monografias.com
La realidad se confunde con el sueño o la ilusión. Aparecen los violentos contrastes: riqueza y pobreza, de impulsos liberales y de represiones implacables, de fe y de incertidumbre. El manierismo dejo de lado el objetivismo renacentista para centrarse en el punto de vista personal del artista y la experiencia personal del espectador.
Entre las características más importantes del estilo manierista se encuentran las siguientes: fuerte complejidad psicológica, ansiedad y turbación del espíritu que producen técnicas insólitas, como, por ejemplo: las figuras angulosas y los espacios curvos de El Greco, las ambigüedades o enigmas de Hamlet; visión angustiosa del hombre como ser transitorio, gusto por lo abrupto; divergencia en las intenciones significativas y de los efectos psicológicos con relación a la lógica de las estructuras; sustitución tectónico (caracterizado por una sintaxis bien ordenada) por un estilo atectónico (frases asimétricas, con vinculaciones semánticas flojas, que se impuso a mediados del siglo XVI tomando por modelos a Séneca y Tácito); artificio dramático, que busca ocultar las peripecias de los personajes detrás de una acción asombrosa y extraña que no mantiene generalmente relación lógica con la situación que aparece; visión "envolvente" que caracteriza, por ejemplo, al personaje de Hamlet; planos variables de la realidad, que oscilan entre la realidad y la ficción, lo natural y lo sobrenatural, como en el mundo de Don Quijote de la Mancha o en el Entierro del conde Orgaz, la célebre tela del Greco; gusto por el contraste; las metáforas atrevidas y raras, cierto preciosismo estilístico; el gusto por la agudeza, la paradoja, por lo monstruoso y lo ambiguo.
El Barroco y el manierismo son corrientes que se continúan en el tiempo compartiendo por instantes muchos recursos y motivos artísticos. Hauser aclara que "el manierismo se confunde al principio y al fin con tendencias barrocas (…) El manierismo es la expresión de antagonismo entre la corriente espiritualista y la corriente sensualista de la época; el Barroco, como equilibrio provisionalmente inestable de esta contradicción basada en el sentimiento espontáneo". (ídem. Pág. 423).
Hatzfeld, en su libro Estudios sobre Barroco, destaca que en el siglo XVI se pierde el ideal común del humanismo y "las armazones vacías estaban expuestas a toda clase de modificaciones, exactamente igual que en el arte" (Hatzfeld, pág. 233). El estilo manierista presentaría caracteres distintivos de una "retórica de fuegos artificiales, distorsiones preciosistas, una especie de miopía y un notable virtuosismo en el manejo de las formas convencionales" (ídem. Pág 55).
De igual que en el romanticismo persisten elementos del pre-romanticismo (como veremos más adelante), en el barroco persisten ciertos caracteres del manierismo, tales como: las metáforas atrevidas, cierto preciosismo estilístico y el gusto por la agudeza, mencionadas en nuestro estudio del manierismo. El Barroco llevará extremará el uso de estos elementos y otros perderán importancia.
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